Artículos




¿En qué consiste meditar?


Es un camino hacia el interior de ti mismo para tener una experiencia única e individual con Dios.




El espíritu y el cuerpo

Lo primero que tienes que saber, si empiezas el camino de la meditación, es que todos somos visitantes en este planeta, eres un espíritu dentro de un cuerpo.
Con el cuerpo nos movemos aquí en la tierra y con él nos relacionamos en todo lo referente a lo externo. Con el espíritu nos movemos en el mundo espiritual y nos relacionamos en el mundo interno. Los dos mundos, el espiritual y el material, están combinados y son inseparables acá en la tierra.
La meditación te sirve para equilibrar estos dos mundos, de tal forma que el interior mucho más rico que el exterior influya en el equilibrio de toda la persona.
A medida que avances en el conocimiento, en la experiencia, verás la evolución que sufre toda tu vida.
***


¿Cómo sabrás si te ayuda meditar?



Al tener encuentros con Dios, recibes sabiduría.
No se trata de que vayas a un centro comercial y tomes una caja de sabiduría, sino que la sabiduría que adquieres procede de tu interior y se llama: paz.
Esta paz la notarán las personas con las que te relacionas; ellos serán los que te indicarán tus cambios.
La armonía que conquistes la refl ejarás en la forma en que tratas a tus amigos, a tus familiares, a tus compañeros de trabajo, en tus actitudes y pensamientos
.


***


¿Qué consigues con la meditación?


Te permite manifestar condiciones latentes que tienes dormidas y, entonces, escuchas la voz del silencio o la voz del alma, es decir, te pones en sintonía con lo que realmente eres.

***




El maestro de meditación

Si decides meditar, siguiendo alguno de los métodos, lo conveniente es que acudas a un instructor o a un maestro que te guíe y te inicie, para que te recomiende las mejores herramientas de acuerdo a tu personalidad y temperamento.

***



Los métodos

Todos los métodos son importantes, si logras meditar y tener la experiencia personal del encuentro con Dios. Esa experiencia, que es intuitiva: “tu alma y Dios”.
No confundas la meta con el método.
Existen cientos de métodos para que medites. El de relajación, la oración, la contemplación, los pensamientos dirigidos, los cantos de alabanza, terapéuticos,etc.
Todas son prácticas que tienen el objetivo de conducir la atención y enfocarnos en algún aspecto de Dios.


***



La postura del cuerpo para meditar


No es necesario que te sientes en la postura del loto, común en los orientales. Puedes meditar arrodillado, de pie, postrado, sentado, inclusive caminando.
La postura más común en los occidentales es la de estar sentado en una silla, cómodo, con la espalda recta y los pies quietamente en el suelo y apoyando las manos en las rodillas.
No dejes que tu cabeza se incline hacia delante, porque eso limita tu respiración. Y no te sientes cómodo en un sillón inclinando la cabeza, porque sólo lograrás dormirte en breves minutos.


***




¿Qué es la visualización interior?


Es la forma de encender una vela en tu mente, una luz que te guíe para ir a tu interior.
En los comienzos del camino de la meditación, se necesita un soporte donde enfocar los ojos, si no, la vista comienza a vagar por distintos lugares, te distraes y te descentra
Fijar la vista tiene como objetivo que calmes la mente y equilibres los dos hemisferios cerebrales.
La visualización interior te permite adaptarte al silencio.
La forma más común es la de cerrar los ojos e imaginar una luz.
Puedes focalizar esta luz en el medio de tus ojos o en el centro de tu corazón.

***




Lo místico en la meditación

Cuando medites no te distraigas del objetivo principal, que consiste en trascender el mundo de la ilusión y llegar al real. No te quedes embelesado en los fenómenos extraños que pueden presentarse en el comienzo o en las ilusiones espirituales de los momentos mágicos que no son más que imágenes que aparecen en tu mente; déjalas pasar, no te quedes con ellas.
San Juan de la Cruz nos advertía que los fenómenos no tienen que distraernos de la meta. Y la meta es la nada. La nada es el sendero de la meditación. El silencio y la nada te llevan al encuentro de Dios.

***



 
¿Dónde está Dios?


Si con la meditación vas al encuentro con Dios, tienes que empezar hablando de Dios y lo primero es que la palabra Dios no es Dios y que el vive en lo intemporal y es ilocalizable. No lo busques en el templo, ni en la estatua, ni en el libro de oración.
Éstos son iconos. Dios se encuentra en la vida, en tu interior. Y es Él quien se manifi esta a nosotros. Él se deja hallar.

Se manifestó en toda la creación, y en nuestro interior. “Dioses sois”, dice la Biblia.

Me gusta la historia que cuenta Joseph Ratzinger en su libro “Dios y el mundo”

Relata que una madre judía que llevó a su hijo al rabino para que recibiera la instrucción religiosa. Y el rabino extorsionó al niño, ofreciéndole una moneda si le decía donde vivía Dios. El niño contestó: “Y yo te daré dos monedas si me dices dónde no vive”.
Dios es el misterio, y vamos a su encuentro por esta vía de la meditación.